Orión entró a tropel",
en mi cabeza aún con blindaje,
en mi sendero sin riel.
Tomando mi mano en su viaje,
sin temor al desnivel.
Descubriendo un hermoso paraje
de cicatrices en su piel,
que me dibujan su andamiaje
como huellas en papel.
Quitándome cada ropaje
cosido con soplos de hiel.
Haciéndome que me relaje
en su cómodo carrusel.
"Sin castillaje ni corcel,
Orión entró a tropel",
con su aterciopelado lenguaje,
traza ilusiones con cincel.
Con su acaramelado pelaje,
se delata amante fiel.
De mi entramado forraje
ha osado tirar del cordel.
Sacando a flote mi coraje,
acogiéndolo en mi cuartel.
Ante su tenue olor salvaje
con más deleite que el clavel,
no queda mas que me relaje
y disfrute de todo, de él.
091117